No eres tú quien besa mi boca y mi lengua esta noche
Ni eres tú quien desordena mi abundante cabello
No eres tú el que posa su masculina mano en mi cuello
Ni tampoco el que besa mi mentón y luego muerde mis labios
No eres tú, yo lo sé, el que besa mi cuello y acaricia mis brazos
No eres tú quien se adueña de esta cintura
Si, sé que no eres tú quien reconoce la forma mis pechos con delicadeza
O el que calienta mi sangre mientras besa mis clavículas saludando a todo mi cuerpo
No eres tú, no lo eres, el que desviste y se deshace de mi ropa por todo este cuarto
Y aprovecha y besa mi ombligo mientras se acerca a mi pubis
No eres quien lo besa todo esta noche memorizando texturas
Ni el que colorea con sus dedos mi rostro y mis caderas mientras respira con fuerza
No eres tú quien me ve con tanto deseo y una ligera desesperación
No eres tú quien dice deliciosas palabras que oscilan entre la pasión y la perversión
Ni eres el que hoy excita mi cuerpo y alborota mis poros
¡No! No eres el que derrite mi sangre y hace cosquillear mis dedos de los pies
No eres tú quien penetra mi cuerpo, y se hunde en esta danza transpirada
No eres tú quien mira mis ojos y dice tanto sin decir nada
Ni el que se excita y me toma las manos y el cuerpo cada vez con más fuerza
No eres tú quien homogeniza estos dos cuerpos en un único sudor y deseo
Ni tampoco el que se sumerge en un abrazo abatido y satisfecho al terminar la batalla
No eres tú el que luego pasa su mano por mi cabello y besa una vez más mi boca
¡No! no lo eres, no eres tú y lo sé, sin embargo
Si eres tú (y odio que seas tú) todo en lo que pienso cuando siento mi cuerpo…